En este nuestro bosque casi todos los animalitos, la fauna
del bajo bosque, conoce los grandes actos que han hecho animales más grandes
(águilas, zorros, cuervos, coyotes,…). Pues las ardillas quieren felicitarlos,
realizar actos de reunión para comunicarles sus gratificantes decisiones,
decisiones que los han ayudado a tener una vida mejor, más tranquila, en la que
no existe el peligro de perder la rama en la que viven, en la que no tienen que
sacrificarse para salvar a los buitres, en la que todas tienen trabajo (los
niveles de empleo en este nuestro bosque superan los niveles históricos).
Existe un animal de la clase dirigente, no sabemos si aéreo
o terrestre, que ha sugerido a los jueces del bosque que estudien las
situaciones. Este es un claro ejemplo de cómo están divididos los poderes que
nos gobiernan (ejecutivo, judicial y legislativo) completamente independientes.
Los animales dirigentes no quieren entender los vitos, los gritos, las
pancartas y los gestos que les realizan como algo bueno, consideran que es un
insulto y por eso se dirigen contra nuestras compañeras las ardillas. Ellas sólo
recuerdan las actuaciones en referencia a las preferidas, como las
expropiaciones de ramas tenían un precio u otro, dependiendo a quién se la
quitaran, como sacrifican su poder adquisitivo para salvar a los buitres, como
los recortes les afectan a ellas en mayor medida que a otros animales.
Si los animales dirigentes tienen problemas para
aceptar los halagos; ¿cómo aceptaran las críticas? ¿Las aceptarán?
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