En el bosque de olivos que hay cerca del bosque de cipreses,
Vulcano es quien calienta los ánimos en las manifestaciones callejeras. Se
puede suponer que Atenea ya no tiene nada que decir en las decisiones, se está
dejando de tomar medidas inteligentes. Se busca que los fuegos se extiendan, el
propio substituto de Zeus se quiere codear con Poseidón, para salvarse él, no
para salvar a los 14.000 trabajadores públicos que alejará de las comodidades,
si existe alguno con relaciones más cercanas a Baco, ese será el primero en
caer.
Lo irónico de esa situación, igual que la situación en este
nuestro bosque, es quién ayuda a crearla, los dirigentes electos. Parece que
Poseidón hizo que mover la tierra a sus pies, a sus raíces, empezó a
temblar y no sabe cómo pararlo.