Es de lo que acusaron al antiguo pichón, por las
declaraciones mudas que hizo respecto los buitres verdes. Mas su paciencia tuvo
el mismo fin que un ave en agua, se hartó de oír como lo degeneraban y decidió
romper la campaña de desprestigio que estaban realizando otros animales alados
en su contra.
En su declaración, el antiguo pichón, dejo claro que
consideraba desastrosa la gestión de la crisis de los buitres negros y verdes
que hizo el águila economista. Ya que durante un fin de semana, el águila tomo
las riendas del buitre forzando el cambio de jefe de formación y dejando al
descubierto la grieta de la crisis que rompió la confianza de las ardillas en
los buitres de todos colores.
El pichón considera que el órgano de este nuestro bosque que
dirigía posee una gran experiencia, de años, sobre gestión de crisis, y quería
realizarlo de una forma tranquila, sin generar desconfianza, mas con los buitres
negros y verdes se hizo todo lo contrario. Se llego al punto que este nuestro
bosque “podía salir del mercado de bellotas del sistema de bosques de este lado
del charco”
Lo más curioso de las actuaciones del antiguo pichón, es: la
advertencia al zorro economista, por aquel entonces eran los zorros quien
controlaban el bosque, del problema del precio de las ramas y de los créditos
que se concedían a las ardillas para comprarlos. La pregunta es: ¿qué hicieron
para reducir la futura crisis?, ¿Y para prevenirla?
El año que el pichón avisó de esa futura crisis, también fue
el año que el diligente de los buitres con lenguas que les cuelgan hasta medio
tórax dijo “El cielo es nuestro único límite”. Cuando en realidad el límite de
los buitres fue el suelo, de allí no pasaron.
La tónica de las respuestas en una entrevista que le
realizaron fue la de imitar a Judas.
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