Los pequeños
gusanos; con enormes pinzas en la parte frontal, un número incontable de pies,
con cuerpo articulado y con una picadura venenosa, las escolopendras. Han decidido
pedir refuerzos.
Los refuerzos
son para poder ejerces con mayor eficacia las labores de controlar las
cantidades de bellotas y otros frutos que se guardan nuestras amigas las
ardillas, pero también han pedido controlar a animales terrestres y alados de
mayor embergadura. Siendo este el problema, ya que no ha gustado al águila que
las dirige.
Las escolopendras
sólo pedían un mayor número de administrativos que hicieran los papeleos,
pudiendo así ellas encargarse de los fraudes. Recordemos que el dinero de la
administración que las controla sale una parte de los fraudes que encuentran. También
pedían una relación de los animales que se ampararon a la amnistía fiscal, mas
sus demandas han sido negadas. No se sabe la razón.
En lugar
de acceder a las demandas de las escolopendras el águila encargada del IQ
los ha enviado a revisar unos festejos que se hacen en el centro este de este
nuestro bosque. Lod festejos constan en representar con unos muñecos las
situaciones del este nuestro bosque el último año. Lo que ha impactado es que
tuvieron que sufrir la subida de uno de los impuesto ad valorem, que produjo
una drástica reducción de sus presupuestos. La subida todo y ser el año pasado
les cogió con los proyectos ya empezados.
Esta
clase particular de ardillas que se alimenta básicamente de chufas, en esa zona
del bosque son muy habituales, no sabe qué hacer. La inspección de las
escolopendras les ha venido cinco días antes de la quema de sus muñecos.
Desde
estas líneas se considera que el águila encargada del IQ está realizando una
maniobra de distracción y de enfado de las ardillas, en este caso se ha
dirigido contra las que se alimentan de chufas, pero que estén con un ojo visor
las otras 17, clasificadas por sus habitos alimenticios, que les puede venir la
sorpresa cuando menos se lo esperen.
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