dimecres, 6 de març del 2013

Las ofertas de trabajo de la ardillita, cuando la crisis aún no se decía crisis.


En este nuestro bosque costo etiquetar la situación como crisis, más ahora no se hablará de la frecuencia con que había algunos que podían ver brotes verdes. Se hablará de uno de los trabajos de nuestra ardillita cuando aún era una ignorante de las condiciones laborales. Para recrear bien la situación nos hemos de poner en situación, Navidades del 2007, hace ya muchos años.

Nuestra ardilla recibió la llamada de una cooperativa de castores. En esa cooperativa en esos momentos se encargaban del comercio con la madera que recogían de algunos árboles, no les gustaban todos los árboles sólo algunos. La llamada era para ofrecerle un lugar de trabajo. Ella estaba contenta, ya que tenía el presentimiento que al Índice de Bellotas en Este Bosque (IBEB) le quedaba menos de un mes para caer bien. Durante la primavera de ese año, había realizado un curso de formación, para ampliar sus conocimientos, respecto el IBEB llegando a esa conclusión.

La oferta de trabajo la emocionó, trabajar 25 horas semanales por 415 bayas le parecía bien hasta que hablo con el almohadón. Este le produjo unas preguntas: ¿415 bayas limpias o sucias? ¿Con 20 días de vacaciones se incluyen los permisos para los exámenes? La ardilla aún era estudiante de universidad. Fue a hablar, para intentar solucionar sus dos preguntas más importantes y la respuesta que obtuvo fue “Yo también trabaje en la época de universidad”. A la ardilla no le convencía entrar en una cooperativa antes que finalizase el año, no sabía cómo estarían las cuentas, la ardilla no sabía exactamente como se llevaba la contabilidad de una  cooperativa, a parte que tenía que haber un “debe” y un “haber”. La ardilla rechazó el trabajo, le ocasionaba demasiadas dudas, demasiadas preguntas sin  respuestas. Volvió a su vida universitaria, a prepararse para los exámenes de principio de año.

Cuando estaba en medio de la preparación de los exámenes recibió una llamada. Le ofrecían una beca de colaboración en una de las universidades de este nuestro bosque, que serían 20 horas semanales y cobraría 410 bayas. Los ojos se le iluminaron y contestó “Acepto”. Por su cabeza pasaba 20 horas de diferencia al mes y 5 bayas menos, “Creo que lo soportaré, el trabajar de becario sin responsabilidades aparentes. Lo soportaré”

Escribí uno parecido en un blog que tenía hace años con el que ahora es mi ex. Hoy no dispongo de tiempo para algo más trabajado, todo puede ser que esta tarde me anime y ponga algo más, ¿quién sabe? Espero que os guste. La caída de la  bolsa, la grande que hubo en enero de 2008 la pronostiqué en abril del 2007, yo salvé mis míseros ahorros una semana antes del gran declive. 

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