En este nuestro bosque costo etiquetar la situación como
crisis, más ahora no se hablará de la frecuencia con que había algunos que
podían ver brotes verdes. Se hablará de uno de los trabajos de nuestra
ardillita cuando aún era una ignorante de las condiciones laborales. Para recrear
bien la situación nos hemos de poner en situación, Navidades del 2007, hace ya
muchos años.
Nuestra ardilla recibió la llamada de una cooperativa de
castores. En esa cooperativa en esos momentos se encargaban del comercio con la
madera que recogían de algunos árboles, no les gustaban todos los árboles sólo
algunos. La llamada era para ofrecerle un lugar de trabajo. Ella estaba
contenta, ya que tenía el presentimiento que al Índice de Bellotas en Este
Bosque (IBEB) le quedaba menos de un mes para caer bien. Durante la primavera
de ese año, había realizado un curso de formación, para ampliar sus
conocimientos, respecto el IBEB llegando a esa conclusión.
La oferta de trabajo la emocionó, trabajar 25 horas
semanales por 415 bayas le parecía bien hasta que hablo con el almohadón. Este le
produjo unas preguntas: ¿415 bayas limpias o sucias? ¿Con 20 días de vacaciones
se incluyen los permisos para los exámenes? La ardilla aún era estudiante de
universidad. Fue a hablar, para intentar solucionar sus dos preguntas más
importantes y la respuesta que obtuvo fue “Yo también trabaje en la época de
universidad”. A la ardilla no le convencía entrar en una cooperativa antes que finalizase
el año, no sabía cómo estarían las cuentas, la ardilla no sabía exactamente
como se llevaba la contabilidad de una cooperativa,
a parte que tenía que haber un “debe” y un “haber”. La ardilla rechazó el
trabajo, le ocasionaba demasiadas dudas, demasiadas preguntas sin respuestas. Volvió a su vida universitaria, a
prepararse para los exámenes de principio de año.
Cuando estaba en medio de la preparación de los exámenes
recibió una llamada. Le ofrecían una beca de colaboración en una de las
universidades de este nuestro bosque, que serían 20 horas semanales y cobraría
410 bayas. Los ojos se le iluminaron y contestó “Acepto”. Por su cabeza pasaba
20 horas de diferencia al mes y 5 bayas menos, “Creo que lo soportaré, el
trabajar de becario sin responsabilidades aparentes. Lo soportaré”
Escribí uno parecido en un blog que tenía hace años con el que ahora es mi ex. Hoy no dispongo de tiempo para algo más trabajado, todo puede ser que esta tarde me anime y ponga algo más, ¿quién sabe? Espero que os guste. La caída de la bolsa, la grande que hubo en enero de 2008 la pronostiqué en abril del 2007, yo salvé mis míseros ahorros una semana antes del gran declive.
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