dijous, 21 de febrer del 2013

La asamblea igualitaria


En el bosque, entre medio de ramas y hojas putrefactas hay una pequeña reunión. Por un lado hay las águilas que hablarán de lo que han hecho y como lo han hecho, mientras que de oyentes hay un grupo de ardillitas sorprendidas de que ahora sus portavoces sean esos animales voladores que hace más o menos un año las aterraban, pero no las aterraban tanto como los que había y no decidieron hacer caso al dicho “Vale más malo conocido, que bueno por conocer”. A llegado el momento de empezar y una de las majestuosas águilas sube las tres escaleras de madera, tres escaleras que a las ardillas les costaron mucho de hacer.
      Queridos hermanas y hermanos animales. Hoy estoy aquí como representante vuestro y me gustaría, mejor dicho me encantaría hablar sin interrupciones. Al ser vosotras unos animalitos tan dóciles y listos sé que lo lograréis – ante las grandilocuentes palabras del águila, las ardillas se ponen a saltar y a vitorearla, les acaba de lanzar un alago. El águila sonríe de satisfacción, de momento está logrando su objetivo –. Hablo para deciros que hay otros animales que nos desean mal – comenta el águila ante la sorpresa de las ardillas –, nos desean mal ya que no comparten los mismos designios que nosotros, que vosotras – las ardillas abuchean pensando en los que le desean mal a los que van contra los que las han vitoreado –. Tranquilizaros – comenta el águila mientras mueve el brazo en señal de calma –, todo esto, lo hacen porque consideran que hemos fallado y nos acusan de eso. Nos acusan de haberos fallado a nosotros, vuestros líderes – al oír la palabra líder hay algunas ardillas, pocas que paran de lanzar elogios quedándose calladas y quietas – somos honestos y nos preocupamos. Tenemos puesto el bien común antes que el bien individual. La comunidad antes que el individuo – ante estas palabras, las ardillas se quedan quietas, no las han comprendido y el águila portavoz sonríe, sabe que está a punto de conseguir su objetivo –. Para lograr que sean rumores infundados aumentaremos los controles y las exigencias éticas. A partir de ahora vosotras las ardillas tendréis que vigilar más lo que hacéis.
       Acusan a las águilas, no ha nosotras – comenta una ardilla delante de silencio que se ha creado.
        Acusan a la comunidad – añade el águila portavoz – y con la comunidad también es a vosotras.
        En ningún momento he oído que dijeran algo malo respecto mis vecinos – dice una ardillita mientras se llena de aire los pulmones.
        ¿No soy tu vecino? – pregunta el águila a la ardilla y esta sólo puede afirmar con la cabeza –. Nosotros, vuestros vecinos os vigilamos de las alturas. Donde cada movimiento que hacéis queda visto y registrado, en caso que lo utilizáramos sería con la mayor transparencia posible – la ardilla afirma, con esas palabras ya no recuerda cual era la pregunta que había hecho originalmente –. Dicen que hay corruptos en el interior de nuestra sociedad.
        Pero – comenta la ardilla mientras se da cuenta que puede ser ella la acusada de corrupta por esa bellota que se guardo en otoño en vez de entregarla, decide callar.
        No hay peros que tengan importancia cuando miramos los valores en que se fomenta la sociedad igualitaria del bosque. Por lo tanto, en esta asamblea donde hemos podido oír las voces de las dos partes diremos que un imputado en un delito puede estar en el consejo siempre y cuando sea un ave y no un carroñero.

La gran mayoría de las ardillas vitorean a las águilas, son pocas las que se quedan en silencio recordando la última frase e intentando recordar que han dicho ellas.  

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